Wer war die Glücklichste?


La más feliz


"Welch schöne Rosen!" sagte der Sonnenschein. "Und jede Knospe wird sich entfalten und ebenso schön werden. Das sind meine Kinder! Meine Küsse haben sie belebt."
- ¡Qué rosas tan bellas! - dijo el Sol -. Y todas las yemas se abrirán, y serán tan hermosas como ellas. ¡Son hijas mías! Yo les he dado el beso de la vida.

"Meine Kinder sind es," sagte der Tau; "ich habe sie mit meinen Tränen gesäugt."
- Son hijas mías - dijo a su vez el rocío -. Les he dado a beber mis lágrimas.

"Ich sollte doch meinen, daß ich ihre Mutter sei," sagte die Rosenhecke; "ihr andern seid nur Gevattern, die nach Vermögen und gutem Willen ein Patengeschenk gaben."
-Pues yo diría que su madre soy yo - exclamó el rosal -. Vosotros no sois sino los padrinos, que les ofrecisteis un regalo según vuestras posibilidades y vuestra buena voluntad.

"Meine lieblichen Rosenkinder!" sagten sie alle drei und wünschten jeder Blume das schönste Glück; aber eine nur konnte die Glücklichste, eine mußte die am wenigsten Glückliche werden - aber welche von ihnen!
- ¡Rosas, hermosas hijas mías! - dijeron los tres, y les deseaban a todas la mayor felicidad de que puede gozar una rosa. Sin embargo, una sola podía ser la más feliz; y otra debía ser la menos feliz de todas. Era inevitable. Pero, ¿cuál sería?

"Das will ich schon zu wissen bekommen," sagte der Wind; "ich jage weit umher, dränge mich in die engste Ritze und weiß außen und innen Bescheid."
- Yo lo averiguaré - dijo el viento -. Voy volando hasta muy lejos y en todas direcciones, me meto en las rendijas más estrechas, sé lo que pasa en todas partes.

Jede der aufgeblühten Rosen hörte, was gesagt wurde, jede schwellende Knospe vernahm es.
Todas las rosas abiertas oyeron la conversación, y los capullos henchidos, también.

Da kam eine tiefbetrübte liebevolle, in Trauerkleider gehüllte Mutter in den Garten; sie pflückte eine von den Rosen, die halb erblüht, frisch und voll war und welche ihr die schönste von allen zu sein schien. Sie trug die Blume in die stille, schweigsame Kammer, wo vor wenigen Tagen noch die junge, lebensfrohe Tochter sich bewegte, welche jetzt, einem schlafenden Marmorbilde gleich, in dem schwarzen Sarge lag. Die Mutter küßte die Tote, küßte darauf die halberblühte Rose und legte diese auf die Brust des jungen Mädchens, als ob sie durch ihre Frische und den Kuß der Mutter ihr Herz wieder schlagen machen könnte.
En esto se presentó en el jardín una madre amorosa vestida de luto, con semblante triste, y cogió una rosa a medio abrir, fresca y lozana; la que le pareció más hermosa. Llevósela a su solitaria habitación, donde pocos días antes había estado brincando su hijita, enamorada de la vida, y que ahora yacía en el negro ataúd, dormida estatua de mármol. La madre besó a la muerta, y besando luego la rosa semiabierta, la depositó sobre el pecho de la muchacha, como esperando que su frescor y el beso de una madre pudieran hacer palpitar nuevamente el corazón.

Die Rose schien zu schwellen; jedes Blatt bebte in freudigen Gedanken. "Welch ein Weg der Liebe ist mir vergönnt! Ich werden wie ein Menschenkind, ich bekommen einen Mutterkuß, ich empfange ein Segenswort, und ich gehe mit in das unbekannte Reich, träumend an der Brust der Toten! Gewiß, ich wurde die Glücklichste von allen meinen Schwestern!"
Pareció como si la rosa se hinchara; cada uno de sus pétalos temblaba de gozo:

In den Garten, in welchem der Rosenbusch stand, ging auch die alte Gärtnerin. Auch sie betrachtete die Herrlichkeit des Rosenstrauches, und ihr Auge haftete auf der größten voll erblühten Rose. Ein Tautropfen und ein warmer Tag - und die Blätter würden fallen. Das sah die Frau und fand, daß die Rose, welche den Gipfel ihrer Schönheit erreicht habe, auch Nutzen bringen müsse. Sie pflückte sie also und legte sie zwischen ein Zeitungsblatt, um sie mit nach Hause zu andern entblätterten Rosen zu nehmen, um Potpourri davon zu machen, in Gesellschaft mit den kleinen blauen Burschen, die man Lavendel nennt, und sie mit Salz einzubalsamieren. Balsamiert, das werden nur Rosen und Könige.
- ¡Qué destino de amor me ha sido concedido! He llegado a ser como una criatura humana, recibo el beso de una madre escucho palabras de bendición y me voy al reino desconocido, soñando junto al pecho de la muerta. Indudablemente he sido la más feliz de todas las hermanas.

"Ich werde am höchsten geehrt!" sagte die Rose, als die Gärtnerin sie pflückte. "Ich werde die Glücklichste! Ich werde balsamiert werden."
Apareció luego en el jardín la vieja escardadera. Contempló a su vez la magnificencia del rosal y sus ojos se clavaron en la rosa mas grande, abierta del todo. "Otra gota de rocío y otro día ardoroso, y sus hojas caerán", pensó la mujer. La flor había dado ya el beneficio de su belleza, y debía dar ahora el de su utilidad. La cortó y guardó en un periódico; la pondría en casa junto a otras rosas marchitas, y, mezclándolas con esas otras pequeñas flores azules llamadas espliegos, las embalsamaría con sal. Hay que observar que sólo se embalsama a las rosas y a los reyes.

Zwei junge Männer traten in den Garten, der eine war ein Maler, der andere ein Dichter. Jeder pflückte eine Rose, schön anzusehen.
- ¡Qué honor el mío! - dijo la rosa al sentirse cogida por la escardadera -. Van a embalsamarme. Yo seré la más feliz.

Und der Maler gab der Leinwand ein Bild der blühenden Rose, so treu, daß diese sich im Spiegel zu sehen glaubte.
Presentáronse luego en el jardín dos jóvenes; uno de ellos era poeta, el otro pintor, y cada uno de ellos cogió una rosa bellísima.

"So," sagte der Maler, "soll sie viele Menschalter leben, während Millionen und abermals Millionen Rosen welken und sterben."
El pintor trasladó al lienzo una imagen de la flor abierta, con tal fidelidad que parecía su reflejo.

"Ich bin die Begünstigste," sagte die Rose; "ich gewann des größte Glück!"
- De este modo - dijo el artista - viviré muchas generaciones, mientras millones y millones de su especie se marchitarán y morirán.

Der Dichter betrachtete seine Rose, schrieb ein Gedicht von ihr, eine ganze Mysterie, alles, was er von jedem einzelnen Blatt der Rose las: "Das Bilderbuch der Liebe"; es war eine unsterbliche Dichtung.
- Yo habré sido la más favorecida - dijo la rosa -; la suerte mejor habrá sido para mí.

"Mit ihr bin ich unsterblich," sagte die Rose. "Ich bin die Glücklichste!"
El poeta contempló la flor que había cogido y compuso sobre ella un poema, en el que se expresaban todos los misterios que había leído en sus pétalos. Púsole por título "Libro de estampas del Amor" y pasó a la inmortalidad.

Unter all der Pracht von Rosen war noch eine, welche fast vor den andern verborgen saß. Zufällig - zum Glück vielleicht - hatte sie ein Gebrechen; sie saß schief auf dem Stengel, und die Blätter der einen Seite entsprachen denen der andern nicht, ja, mitten aus der Blume heraus wuchs sogar ein kleines, verkrüppeltes grünes Blatt. Das kommt wohl zuweilen bei Rosen vor.
- ¡Me han hecho inmortal! - exclamó la rosa -. ¡Yo soy la más feliz de todas!

"Armes Kind," sagte der Wind und küßte ihre Wange. Die Rose glaubte, da sei ein Gruß, ein Liebesgruß; sie hatte ein Bewußtsein davon, daß sie etwas anders geschaffen sei als die andern Rosen und daß ein grünes Blatt mitten aus ihrem Innern herauswachse, und sie betrachtete das als eine Auszeichnung. Ein Schmetterling flatterte auf ihre Blätter herab und küßte sie: das war ein Freier; sie ließ ihn wieder fliegen. Dann kam ein gewaltig großer Grashüpfer; der setzte sich richtig genug auf eine andere Rose und rieb verliebt sein Schienbein (das ist bei den Grashüpfern ein Liebeszeichen); die Rose, auf welcher er saß, verstand es nicht, aber die Rose mit dem auszeichnenden grünen Blatte in ihrer Mitte verstand es, denn der Grashüpfer betrachtete sie mit Augen, welche sagten: "Ich könnte dich vor Liebe fressen!" Und weiter kann die Liebe doch nicht gehen: einer geht in dem andern auf! Aber die Rose wollte nicht in dem Springinsfeld aufgehen. Die Nachtigall sang in der sternenklaren Nacht.
Entre la magnificencia del rosal florido había una rosa que quedaba casi oculta bajo las restantes. Casualmente, y por suerte tal vez para ella, tenía un defecto: estaba torcida en su tallo, y las hojas de un lado no eran simétricas a las del opuesto. Del centro de la flor salía una hojita verde deformada. Son esas miserias de las que no se libran ni las rosas.

"Die singt für mich allein!" sagte die Rose mit dem Gebrechen oder der Auszeichnung. "Weshalb soll ich vor allen meinen Schwestern so ausgezeichnet werden, weshalb ward mir diese Auszeichnung, welche mich zu der Glücklichsten macht?"
- ¡Pobrecilla! - dijo el viento besándola en la mejilla. La rosa creyó que era un saludo, un homenaje; tuvo la impresión de ser distinta de las demás rosas, y parecióle una distinción la circunstancia de tener en el centro aquella hoja verde. Llegó volando una mariposa y besó sus pétalos; era un pretendiente, y ella lo dejó marchar. Vino después un saltamontes muy grandote, que se posó sobre otra rosa, se puso a frotarse la falsa pata, lo cual, en los saltamontes, es señal de amor. La flor en que se había posado no lo comprendió, pero la rosa deformada sí se dio cuenta de que el insecto miraba con ojos que decían: "Te comería de puro amor". ¿Y qué mayor signo de amor que el quererse comer al ser amado? Pero la rosa no quiso entregarse al saltamontes. El ruiseñor cantó en medio de la noche estrellada.

Da kamen zwei Herren, welche eine Zigarre rauchten, die sprachen von Rosen und von Tabak. Rosen sollen den Tabaksrauch nicht vertragen können, sie sollen die Farbe verändern und grün werden. Die Herren wollten das versuchen. Sie mochten keine von den prächtigsten Rosen nehmen, sie nahmen die Rose, welche das Gebrechen hatte.
- Estoy segura de que lo hace para mí - dijo la rosa del defecto, o de la distinción -. Por qué me han distinguido así por encima de todas mis hermanas? ¿Por qué me dieron esta cualidad, que hace de mí la más feliz?

"Welche neue Auszeichnung!" rief diese. "Ich bin über alle Maßen glücklich, die Allerglücklichste!"
A continuación entraron en el jardín dos fumadores. Hablaban de rosas y de tabaco. Decíase que las rosas no soportaban el humo del tabaco, y que a su contacto la flor perdía su color y se volvía verde. Querían efectuar el experimento, pero les dolió echar a perder una de aquellas rosas tan bellas, y cortaron la defectuosa.

Und sie ward grün in Bewußtsein und Tabaksrauch.
- ¡Una nueva distinción! - exclamó ésta -. ¡Qué ventura la mía! Soy la más feliz de todas.

Eine Rose, halb noch Knospe, die Schönste vielleicht am ganzen Rosenbusche, erhielt den Ehrenplatz in des Gärtners kunstvoll gebundenem Bouquet, welches dem jungen gebietenden Herrn des Hauses gebracht wurde und mit ihm im Wagen fuhr. Sie saß als schönste Blume inmitten andrer Blumen und schönem Grün, sie kam zu einem glänzenden Feste, da saßen Männer und Frauen so prächtig beleuchtet von Tausenden von Lampen, die Musik erklang, es war im Lichtmeere des Theaters; und als unter stürmischem Jubel die gefeierte junge Tänzerin hervor auf die Bühne schwebe, flog Bouquet auf Bouquet wie ein Blumenregen zu ihren Füßen nieder. Da fiel das Bouquet, in welchem die schöne Rose, gleich einem Edelsteine, saß, sie fühlte ganz ihr namenloses Glück, die Ehre, den Glanz, in welchem sie hineinschwebte, und indem sie den Boden berührte, tanzte sie mit, sie sprang, fuhr über die Bretter hin und brach im Fallen von ihrem Stengel. Sie kam nicht in die Hände der Huldin, sie rollte hinter die Kulissen, ein Maschinist nahm sie auf, sah, wie schön sie war, sie lieblich sie duftete, aber sie hatte keinen Stengel. Er steckte sie in seine Tasche, und als er abends nach Hause kam, erhielt sie einen Platz in einem Schnapsglase und lag in demselben die ganze Nacht im Wasser. Frühmorgens wurde sie vor Großmutter hingestellt, welche alt und kraftlos im Lehnstuhle saß, sie betrachtete die geknickte schöne Rose und freute sich über sie und ihren Duft.
Y se puso verde, de orgullo y del humo del tabaco.

"Ja, du kommst nicht auf den Tisch des reichen feinen Fräuleins, sondern zu der armen alten Frau; aber hier bist du wie ein ganzer Rosenstrauch, wie schön bist du!"
Una rosa, semicapullo todavía, acaso la más bella del rosal, obtuvo el puesto de honor en un artístico ramillete que reunió el jardinero y que, llevado al señorito de la casa, salió con él en coche. La rosa brillaba como una perla entre otras flores, rodeadas de verdor. La llevaron a la esplendoroso fiesta, a la que asistían elegantes caballeros y damas, a la luz de mil lámparas. Sonó la música; sucedía aquello en el océano de luz del teatro, y cuando la joven y celebrada bailarina apareció, vaporosa, en escena, saludada por el general entusiasmo, los ramos volaron a sus pies como lluvia de flores. Entre ellos cayó el ramillete, en cuyo centro brillaba como piedra preciosa la bella rosa de nuestro jardín. Sintió la flor su inmensa e indecible felicidad, la gloria y el esplendor que la rodeaban, y al tocar el suelo lanzóse también a bailar, a saltar por las tablas, pues al caer se había quebrado su tallo. No fue a parar a manos de la agasajada, sino que rodó detrás del bastidor, donde la recogió un tramoyista. Vio éste que era bellísima y fragante, pero que carecía de tallo; se la metió en el bolsillo, y al llegar a su casa por la noche, púsola en una copita con agua. A la mañana siguiente la colocaron delante de la abuela, que, vieja e inválida, ocupaba el sillón. La mujer estuvo contemplando la magnífica rosa rota y recreándose en su aspecto y su perfume.

Und mit kindlicher Freude blickte sie auf die Blume und gedachte wohl auch ihrer eigenen längst entschwundenen frischen Jugendzeit.
- No fuiste a parar a la mesa de la rica y linda señorita, sino a la de esta pobre vieja; pero aquí eres como un pomo de rosas. ¡Qué hermosa eres! -. Y miraba la flor con alegría infantil, pensando seguramente en su lejana juventud perdida.

"Da war ein Loch in der Fensterscheibe," sagte der Wind, "ich konnte leicht hineinkommen und sah die jugendlich strahlenden Augen der alten Frau und die geknickte schöne Rose in dem Schnapsglase. Die Glücklichste von allen! Ich weiß das! Ich kann das erzählen!"
- Entré por un agujero que tenía el cristal - dijo el viento ­ y vi los brillantes ojos juveniles de la anciana y la bella rosa quebrada en la copita. ¡La más feliz de todas! Lo sé. Puedo afirmarlo.

Jede Rose von dem Rosenstrauche des Gartens hatte ihre Geschichte. Jede Rose glaubte und dachte, die Glücklichste zu sein, und der Glaube macht selig. Aber die letzte Rose an dem Strauche war doch die Allerglücklichste, wie sie meinte.
Cada una de las rosas del rosal de aquel jardín tenía su historia. Cada una creía ser la más feliz, y la fe da la ventura. La última de las flores estaba persuadida de ser la más dichosa de todas.

"Ich überlebte sie alle! Ich bin die Letzte, die Einzige, Mutters liebstes Kind!"
- He sobrevivido a las demás. Soy la última, la única, la hija predilecta de nuestra madre.

"Und ich bin ihre Mutter," sage die Rosenhecke.
- Y yo soy su madre - dijo el rosal.

"Das bin ich," sagte der Sonnenschein.
- ¡Yo lo soy! - replicó el sol.

"Und ich," sagten Wind und Wetter.
- ¡Y yo! - afirmaron el viento y el tiempo.

"Jeder hat teil an ihr!" sagte der Wind. "Und jeder soll einen Teil von ihr haben"; und damit streute der Wind ihre Blätter hin über die Hecke, auf welcher die Tautropfen lagen und auf welche die Sonne schien. - "Auch ich bekam mein Teil," sagte der Wind, "ich bekam die Gesichte aller Rosen, die ich nun der ganzen Welt erzählen will. Sage mir nun, welche war die Glücklichste von allen? Ja, das mußt du sagen, ich habe genug gesagt!"–
-Todos tenemos nuestra parte - dijo el viento -. Y cada uno de nosotros participará de su belleza -. Y el viento esparció las hojas sobre la planta, donde yacían las gotas del rocío y brillaba el sol. - También yo he tenido mi parte - añadió el viento -. Yo he visto la historia de todas las rosas, y la contaré por todo el vasto mundo. Luego me dirás cuál de ellas fue la más feliz, esto debes decirlo tú; yo he hablado ya bastante.